EXPLORA OSUGIDANI CON UN EREMITA DE MONTAÑA-Pasa un día en un Parque Nacional con un guía experto
La Prefectura de Mie alberga el Eco Parque de la UNESCO Parque Nacional de Yoshino-Kumano, donde puedes visitar numerosas cataratas, adentrarte en bosques vírgenes y disfrutar de las espectaculares vistas de la Garganta de Osugidani.
Un guía local con espíritu aventurero que ha vivido en las montañas como un eremita por más de treinta años será tu guía mientras admiras la pura belleza de las cataratas, las escarpadas rocas y los valles por los que discurre el río.
La experiencia que llamamos “Explora Osugidani con un eremita de montaña” tiene un coste por persona de ¥8,000 (a partir de los 13 años) y ¥6,000 (hasta los 12 años inclusive) y abarca un total de 7 horas, comenzando a las 9 de la mañana. Además, incluye la visita a muchos de los mejores enclaves de esta espectacular área de Mie.
Sobre la experiencia del autor:
Me crié cerca de la Montañas Rocosas del Canadá y pasar el tiempo al aire libre constituyó una buena parte de mi juventud. Cuando me mudé a Japón, tenía grandes deseos de subir a sus montañas y ver las muchas bellezas naturales del país. Cada vez que me adentro en la naturaleza de este país, descubro algo nuevo.
Cuando me inscribí para participar en la experiencia de pasar un día en el Patque Nacional de Yoshino-Kumano con un eremita de montaña (en japonés, sennin) la cierto es que no sabía bien qué me esperaba. En mi Canadá natal, si me hablaran de un eremita de montaña me imaginaría a alguien que no ha tenido contacto con otras personas durante mucho tiempo. Como, por supuesto, estamos en Japón, no sabía exactamente qué me encontraría cuando viniese mi guía de ese día.
Esta experiencia de viaje a lo largo de un día ofrece muchas actividades diferentes en las cuales puedes participar junto con el eremita. Algunas de las opciones que hay son montar en bicicleta, hacer una hoguera o visitar diversas cataratas. Las actividades para grupo se pueden disponer a medida de la preferencia de los participantes. Lo que más me interesó del programa fue su promesa de visitar numerosos enclaves apartados de las rutas turísticas habituales.
Cuando llegué de mañana al punto de encuentro acordado (Oku-Ise Forest Pia), estaba nublado y caía una fina llovizna. No estaba seguro de si eso tendría algún impacto en nuestras actividades del día pero esperaba que pudiéramos ver todos los lugares programados en el tour. Iba preparado para las inclemencias del tiempo con un chaqueta para la lluvia y una toalla con la que poder secarme si fuera necesario. Y, puesto que había trechos en que había que caminar por el monte, me aseguré de llevar un calzado adecuado para pisar sobre piedras húmedas.
La actividad que escogí para el día fue un tour centrado en las cataratas. Mi guía me llevaría a través del área del Parque Nacional de Yoshino-Kumano donde se encuentra la Garganta de Osugidani. Existe una increíble cantidad de esplendor natural en estado virgen en aquella Garganta de Osugidani y ha sido incluida en la lista de los 100 mejores lugares inexplorados de Japón.
Siempre me ha gustado explorar la naturaleza en estado salvaje y la energía y belleza que transmiten las cataratas es algo que me atrae sin remedio. Disfruto en especial la experiencia de ir aproximándome por el camino mientras escucho el sonido de la catarata en la distancia y, finalmente, cuando alcanzo el punto en que se hace visible y el sonido llena mis oídos, sentir cómo una agradable y refrescante miríada de gotas de agua salpica mi rostro.
Mi guía se llamaba Yukinori Tatsumi, y llegó al punto de encuentro poco después de que lo hiciera yo. Su poblada barba era completamente bllanca y sus ojos despedían un brillo que me indicó que el día iba a estar repleto de aventuras. Me saludó con una sonrisa cordial y me pidió que le llamara Tatsumi-san. Le llaman “eremita” porque Tatsumi-san lleva viviendo en las montañas más de treinta años y conoce el área con detalle. Me sentía muy emocionado pensando en los lugares a donde me llevaría este experto en Osugidani.
Tatsumi-san me pidió subir a su furgoneta y partimos para ver nuestra primera catarata del día. La barrera de lenguaje entre nosotros no supuso un problema en especial gracias a que compartíamos nuestro interés por la Naturaleza y la pasión por explorar. Además, Tatsumi-san lucía una sonrisa permanente en su rostro y claramente le gustaba enseñar a los visitantes la especial belleza de esas montañas a las que llamaba su “hogar”.
Nuestra primera parade fue Fudo-daki, una catarata de 30 metros de altura tan vigorosa que casi cortaba el aliento. El serpenteante camino que subía hacia la catarata podía ser un trayecto agradable en un día soleado pero me alegré de ir en la furgoneta con Tatsumi-san en un día lluvioso como aquel. Cuando llegamos al final del camino, comenzamos enseguida a internarnos a pie por el bosque. Debido a la lluvia, en algunas partes del camino había que tener cuidado, por lo que ponía mucha atención al pisar. Había incluso un punto en el que tuve que dar un salto de cerca de un metro para alcanzar el otro lado del camino. Gracias a contar con Tatsumi-san de guía no tuve mayor problema en encontrarme de pie frente a la Fudo-daki.
Había también un templillo sintoísta cerca de la catarata donde los visitantes podían dejar ofrendas o rezar a la divinidad consagrada. Había estado lloviendo en la zona desde un par de días antes de mi visita, por lo que el volumen de agua que caía de la catarata era mayor de lo habitual. Aun cuando fue solo un corto trecho de ida y vuelta a la cascada, era un comienzo de día muy emocionante. En el camino de vuelta hacia la carretera principal, Tatsumi-san hizo una parada para que pudiese reponer mi botella de agua con la deliciosa agua que manaba de la montaña.
Nuestra siguiente parada fue una parte de la garganta donde se podía ver de qué manera el ser humano había aplicado la ingeniería para ejercer algo de control sobre la naturaleza. Pude sentir la fuerza con que el agua iba saltando de nivel de los aliviaderos hasta llegar a alcanzar el río.
A continuación bajamos con el vehículo hasta un punto desde el que se podía caminar por la ribera del río. Cuando ibamos por la carretera hasta el río atravesamos un hermoso bosque de árboles muy altos cuyo terreno estaba recubierto de musgo y helechos. Cuando salimos de la foresta para alcanzar el otro lado, encontramos en la bancada del río un paisaje de enormes rocas que probablemente llevaran allí miles de años.
Trepar y saltar por los peñascos apilados junto al río me hacía sentir otra vez como un niño. Hasta este momento del día no nos habíamos encontrado todavía con nadie y parecía como si tuviéramos todo el Parque Nacional para nosotros solos. Volvimos a meternos en la furgoneta y bajamos por la desierta carretera de montaña hacia nuestro siguiente destino, un puente colgante que cruzaba el río Miyagawa.
La vista desde el puente colgante era hermosa y para entonces la lluvia ya había cesado por completo. La cima de las montañas estaba envuelta en niebla y reinaba en todo el lugar una maravillosa sensación de calma. Tatsumi-san me dejó al comienzo del puente y lo crucé a pie yo solo. Puesto que no había otras personas ni vehículos, lo único que escuchaba eran los sonidos propios de la naturaleza.
El siguiente punto del tour era otra catarata y esta vez tendríamos que subir por un arroyo de montaña para llegar hasta allí. Aparcamos la furgoneta y descendimos hacia el rocoso lecho del río. Desde allí había que caminar unos 15 minutos por el río hasta llegar a la base de la catarata. Esta catarata era el comienzo de un riachuelo y estaba emplazada en un lateral de nuestro breve trayecto de montaña.
Si hubiera llevado un bañador habría saltado al agua porque la “piscina” en la base de de la catarata tenía un aspecto maravilloso. Ese día, con todo, me refresqué de sobra con poder caminar metiendo ocasionalmente los pies en el agua hasta las rodillas en el camino de ida y vuelta a la catarata.
Hicimos una pequeña parada a la entrada de la subida hacia Osugidani Trail para ver el increíble camino de roca que había sido excavado en la piedra. Apunté en mi memoria que algún día tenía que volver para hacer la ruta entera de las montañas y quedarme en alguno de los alojamientos disponibles.
Nuestra última catarata del día no decepcionó. La Rokujyupiro-daki era espectacular y el pequeño trecho que caminamos de ida y vuelta fue uno de los momentos más destacables del día. Tatsumi-san guió el camino y estuvimos solos todo el tiempo, pudiendo quedarnos cuanto quisiéramos.
Gracias al completo conocimiento de la zona en torno a las cataratas por parte de Tatsumi-san, pude moverme con toda seguridad para alcanzar los puntos con mejores vistas. Incluso descendimos hasta la base de la catarata donde el agua, el lugar donde se acumula el agua que luego fluye por un arroyo de montaña. Pude sentir la energía de las cataratas, que producía una refrescante neblina en el aire en derredor.
En el camino de vuelta a OkuIse ForestPia, aparcamos el vehículo a un lado del camino y anduvimos por la playa rocosa de la ribera del río, calentándonos un poco con el suave sol de atardecer que por fin salía. Había sido un día maravilloso y Tatsumi-san el mejor de los guías. La belleza natural del Parque Natural de Yoshino-Kumano es algo que deberían apreciar todos los amantes de la naturaleza.
Tampoco puede pasarse por alto la belleza de la Garganta de Osugidani. Tatsumi-san me llevó a ver partes recónditas del río Miyagawa, numerosas cataratas de varios tamaños, ocultos ríos de montaña y extraordinarios ejemplos de la ingeniería humana. Incluso después de todo un día explorando el Parque con mi guía eremita, todavía siento un fuerte deseo de volver algún día y aventurarmme todavía más en Osugidani.
A lo largo de todo el día, pude sentir la profunda conexión entre Tatsumi-san y aquellas montañas en las que ha vivido por más de tres décadas. Su amor por el mundo natural es tan absoluto que él mismo se ha convertido en parte del Parque Natural de Yoshino-Kumano y me siento muy afortunado por que me haya guiado por aquel área de una manera que hubiera resultado imposible en caso de ir por mi cuenta. Realmente no veo la hora de tener una nueva aventura en esta hermosa parte del Japón.
Si estás planeando visitar algún día la extraordinaria Prefectura de Mie y deseas un día especial con sabor a aventura en uno de los lugares con mejores paisajes del Japón, la experiencia que ofrece “Explora Osugidani con un eremita de montaña” es perfecta. Tatsumi-san se asegurará de que sales de la Garganta de Osugidani con recuerdos que te durarán toda la vida.
https://verde-odai.co.jp/booking/verde/osugitani/165
Turismo en Verde Odai
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TEL: +81-80-4840-7315
email:info@verde-odai.co.jp
<Duración>
De 9:00 a 16:00
<Épocas de funcionamiento>
marzo-junio, octubre-diciembre
martes, jueves, domingo
<Precio>
8 000 yenes por persona(de 13 años en adelante)
6 000 yenes por persona (hasta los 12 años inclusive)
- Incluye pago de guía y cupón de descuento para Oku-Ise Miyagawa Onsen
< Tamaño de la excursión >
- De 2 a 6 personas
<Lugar y hora de encuentro>
Comienzo alrededor de las 9 de la mañana.
Oku-Ise Forest Pia Lounge (Punto de encuentro)
https://okuiseforestpia.com/
<Accesos>
20 minutos en coche desde la autopista Kisei "Omiya Odai" IC
15 minutos en taxi desde la estación Misedani en la línea principal JR Kisei
Desde Tokio
- Alrededor de 5 horas en tren
- Alrededor de 5 horas y media en coche
Desde Osaka
- Alrededor de 3 horas y media en tren
- Alrededor de 2 horas y media en coche
Desde Nagoya
- Alrededor de 3 horas en tren
- Alrededor de 1 hora y media en coche